Retratos de Barrett

                              
Rafael Barrett fu una gran persona para muchas personas. Muchas escritores y poetas hicieros descpriciones sobre él  y aqui os los mostramos:
Esta presentación es muy pobre (insuficiente para describir vuestro trabajo y descuidada): contad la importancia de las personas que lo describieron, cómo váis a presentar esos retratos, cuándo se hicieron, qué fue lo que más les llamó la atención de Barrett... Todo ellos sin faltas de ortografía, ni descuidos.

                                                 (En 1894, con 18 años,  Barrett era un joven dandy madrileño)

" Hacia 1900 cayó por Madrid un joven de porte y belleza inolvidable. Era un muchacho más bien demasiado alto, con ojos claros, grandes y rasgados; cara oval, rosada y suave, como una mujer, salvo el bigote; amplia frente, pelo castaño claro, con un mechón caído a un lado. Un poquito más ancho de pecho y hubiera podido servir de modelo para un Apolo del romanticismo.Presumo que de haber caído en París o en Londres se habría casado con una millonaria, que lo habría comprado en marimonio, como se adquiere un palacete de verano; pero las ricas españolas no suelen adquirir marido sin consejo de gente que no habría sentido simpatía hacia las aficiones artísticas de nuestro dandy "

  (Ramiro de Maeztu, destacado escritor español perteneciente a la Generación del 98)

             

" Era un buen mozo, y como la generalidad de los hombres hechos a retener suspensa la atención de las mujeres, fatuo. Y sin embargo (….) su mirada, limpia y franca, revelaba un inagotable yacimiento de candor en el alma. (…) Rafael estaba solo en Madrid, devorando sin sombra de previsión lo que le quedaba, que era muy poco, de la herencia paterna. (…) Y como Rafael era sensual y vehemente, su moralidad se vio comprometida muchas veces. Jugaba, amaba y vivía con el mismo desenfreno, sin la menor tregua de recogimiento para meditar las consecuencias probables de aquella vida de disipación.
 (Manuel Bueno, escritor y periodista español de la Generación del 98)

 

                                   (En 1908, con 32 años, en su madurez vital y literaria) 

¿Cuál de ellas? ¿Por qué dos fotos juntas? ¿Cuáles de las descripciones posteriores encajan mejor con cada una de estas fotos?

"Erguía su estatura no común un hombre de ojos celestes, cabello rubio, frente muy alta y de perfecta trazo, sobre las que caían dorados mechones, y rastro alargado que afirmaba su expresión enérgica en su mentón rotundo..."

  (José Rodríguez Alcalá, narrador, ensayista y periodista argentino)

“Muy alto, delgado y rubio, con un mechón caído, ocupaba el centro de un corro de damas y caballeros suspensos de sus palabras”.

  (Alfonso de Laferrère, diplomático argentino)

" Tenía en su semblante la dulzura inmensa del Rabí de Galilea. Los mismos ojos. La cara alargada hacia el pecho ostentando una barba rubia muy expresiva... Como Jesús fue cariñoso y justiciero. Entiéndase por justiciero un arraigado amor por los débiles, por los desheredados de la fortuna, por los que saben de la caricia del fango y de las torturas del hambre”.
  (Emilio Oribe, poeta,ensayista, filósofo y médico uruguayo )

“Caballero flaco, densamente pálido, débil y un poco claudicante que descendía de un carruaje, para entrar en la casa donde se editaban dos de los diarios más prestigiosos de aquella época: El Siglo y La Razón. Los cabellos largos y lacios, no podían empequeñecer aquella frente despejada, bajo la que fulgían dos grandes ojos azules, contemplativos, pero adormecidos siempre. Entre el bigote espeso y la barba rala, unos labios casi exangües marcaban un rictus que no llegaba a ser amargo. ¡Qué dignidad había en aquella cabeza, como de apóstol! La figura toda del hombre era tan frágil y tan dulce, que impresionaba”.

  (Vicente A. Salaverri, periodista español afincado en Montevideo)

"Una tarde me anunciaron que alguien me aguardaba en el escritorio. Era un hombre delgado, de pálida tez y nariz afilada, de rostro anguloso, con barba corta algo nazarena, tirando a rubia. “Soy Barrett”, me dijo”. 

  (Emilio Frugoni profesor, poeta y periodista de la Generación de 900; luego  dirigente socialista, embajador en Moscú y diputado hasta su muerte en 1969)

" ¿Quién no recuerda aquel tipo alto, admirablemente constituido, rubio y de ojos celestes que se paseaba por las calles de Asunción curioseándolo todo y atrayendo las miradas de los transeúntes a su gentil figura y a la gorrita de viaje inseparable de su hermosa cabeza?¿Quién no recuerda haber sido sorprendido alguna vez, al entrar en el Centro Español, por una partitura de Beethoven y ver que quien la ejecutaba al piano era un joven desconocido que al mover sus blancas manos aristocráticas por sobre el teclado parecía sumido en un éxtasis?

  Era Barrett que, maravillosamente dotado, lo mismo inventaba una solución matemática que escribía una admirable página o interpretaba una partitura”

  (José Rodríguez Alcalá, narrador, ensayista y periodista argentino)

"Se presenta en la puerta del salón de la redacción una silueta de bohemio, de porte digno, aunque pobre vestimenta negra, bastante lustrada por el uso”        

   ( Jose Anibal Durán, escritor y veterinario uruguayo)

 

"Barrett fue para mí como una sombra que pasa. Barrett debía ser un hombre desequilibrado, con anhelos de claridad y de justicia. Tipos así dejan por donde pasan un rastro de enemistad y de cólera. A la gente le gusta la mentira."

  (Pio Baroja, escritor español de la llamada Generación del 98) ¿Corresponde a Barrett adulto? ¿Es una descripción realmente?

                                                      

                                                            (Enfermo terminal en Uruguay, 1910)

 “Tuvimos el placer de recibir la visita, demasiado breve, por cierto, de nuestro distinguido colaborador Rafael Barrett [...] Delicado aspecto, clara y melancólica la mirada de sus grandes ojos, amplia la frente, descarnadas las mejillas y reflejada en su semblante de apóstol, la infinita bondad de un alma grande, de un alma toda bondad y toda resignación

  (Periodistas del diario La Razón de Montevideo, 1910)

 “Acaso [Barrett] presentía la proximidad de su fin. Me abrazó muy triste, y respondió a las palabras con que yo trataba de infundirle optimismo, con frases de despedida que me cayeron como lágrimas candentes en el corazón. Me sonrió por última vez en su camarote con aquella su sonrisa bañada en suave luz de bondad, de tolerancia, de perdón y de afecto. Volví a ver al Jesús de las estampas. Y no volví a verle más”
  (Emilio Frugoni, abogado, escritor, poeta, decano de la Facultad de Derecho y parlamentario uruguayo,1910)

                       David Fernández García